lunes, 28 de enero de 2013

LOS ANUNNAKI






El termino Anunnaki es el nombre de un grupo de deidades sumerias y akadias relacionados con los Anunna (los “cincuenta grandes dioses”) y los Igigi (dioses menores).
Igualmente en algunos grupos de ufólogos, este es el nombre que reciben supuestos extraterrestres, de los cuales ellos postulan que se habrían basado los mitos, debido a que habría existido una hipotética Intervención extraterrestre en la antigüedad. Dichos individuos no aportan ninguna prueba o demostración científica para sus elucubradas teorías por lo que se consideran pseudociencias.
El nombre se escribe variablemente “Da-nuna”, “Da-nuna-ke4-ne”, o “Da-nun-na”, significando más o menos “los de la sangre real”.1 mientras otros grupos (principalmente ufológicos) postulan que significa (Anu=Cielo, na=y, Ki=Tierra),2 descrito como la quinta generación de dioses en la epopeya babilónica de la creación, el Enuma Elish
Según un mito babilónico más reciente, los Anunnaki eran los hijos de Anu y Ki, los dioses hermano y hermana, ellos mismos, los vástagos de Anshar y Kishar (pivote del cielo y pivote terrestre, los postes celestiales). Anshar y Kishar eran los hijos de Lahm y de Lahmu (“los fangosos”), nombres dados a los guardias del templo en Eridu, el sitio de Apsu en el cual la Creación según ellos ocurrió. La cabeza del consejo de Anunnaki era el gran Anu, (más que ser un dios del cielo, Anu realmente significa “cielo”), de Uruk y los otros miembros eran sus descendientes. Su lugar fue tomado por Enlil, (En=señor, lil=viento, aire), quien, en la antigüedad era pensado como el separador del cielo y de la tierra. Esto dio lugar a un conflicto entre Enlil de Nippur y su hermanastro Enki de Eridu, sobre la legitimidad de Enlil como gobernante Celestial y terrestre. Enki, (En=señor, Ki=Tierra), además de ser el dios del agua dulce, era también dios de la sabiduría y de la magia, y era mirado por algunos como alquimista. Cuando el Igigi decidió hacer huelga y rehusó continuar trabajando para mantener la armonía del Universo, en el Shappatu (hebreo: Shabbat), Enki creó a la humanidad para que ésta asumiera la responsabilidad de realizar las tareas que los dioses habían abandonado.
Los Anunnaki, por su parte, eran los compañeros altósimos (Alto concilio) del consejo de los dioses y de Anu. Fueron distribuidos sobre la tierra y el mundo subterráneo o bajo mundo. Los más conocidos entre ellos eran: Asaru, Asarualim, Asarualimnunna, Asaruludu, En-Ki (Ea para los Akadios), Namru, Namtillaku y Tutu. (Un análisis convencional de la práctica religiosa sumeria se puede encontrar en el libro de A. Leo Oppenheim., Mesopotamia antiguo: Retrato de una civilización muerta, una edición revisada que se publicó en 1976. En dicha obra, Oppenheim se muestra muy precavido respecto de las interpretaciones sobre los dioses que “perdieron la civilización”).
En el 2004 la idea ufológica sobre el antiguo astronauta, fue utilizada en un guion de siete ediciones del comic Silver Surfer de Marvel Comics. En éste, dichos seres eran descritos inicialmente como "extranjeros" que daban la consciencia y el conocimiento a la humanidad; posteriormente, en el último tiraje de la historia, queda implícito que los Anunnaki eran los dioses de las historias sumerias.


Diferentes series de ciencia ficción han basado sus argumentos en las teorías de Sitchin, por ejemplo, en la serie televisiva Stargate, los dioses antiguos de Egipto, Sumeria y otros países -incluso íconos judeocristianos- son inspirados en una raza de extraterrestres llamados Goa'uld que esclavizaron a la humanidad. En Babylon 5 se dice que los Vorlon fueron considerados como dioses y ángeles por diferentes razas en tiempos primitivos incluyendo la humana.
En la teleserie Battlestar Galactica, se dice que los humanos provienen del Planeta Kobol, hogar de los Dioses de Kobol. Los humanos estaban divididos en 13 tribus que dejaron Kobol y colonizaron trece planetas cada una, siendo la Tierra una de las colonias. Y en la teleserie Smallville se menciona como los kriptonianos visitaron la Tierra en el pasado y fueron confundidos por dioses.
Además, los Anunnaki han sido inspiración para trabajos musicales. El grupo alemán de Heavy metal, Running Wild escribió en 1995 la canción Genesis (The making and fall of a man) para su disco Black Han Inn. La canción, de más de 14 minutos de duración, relata la forma en que los Anunnaki crearon a la humanidad en el contexto de un ingenioso disco conceptual que mezcla muchas leyendas con una historia original acerca de la creación y destrucción de la raza humana.
Los Annunaki tienen un rol central en el juego de rol Fading Suns, lanzado por Holistic, en el cual los seres humanos pueden viajar a través de diferentes sistemas solares a partir de los portales de salto hiperespaciales de una raza extraterrestre antigua identificada como los Annunaki.
Después del diluvio universal, los grandes dioses Anunnaki deciden reconstruir sus ciudades y dividen la tierra en 4 regiones.

Según Zechariah Sitchin, fueron los creadores de la vida en la Tierra. Veremos su llegada desde el planeta Nibiru, sus luchas internas, su afán por encontrar cierto tipo de metales, la construcción de sus bases espaciales, la creación del hombre y su retorno a Nibiru hace algunos miles de años.

El comienzo



En algún momento 4,000 años a.C el gran Anu gobernante del planeta Nibiru vino a la Tierra en una visita oficial.
No era la primera vez que Anu hacía el arduo viaje espacial. 440,000 años terrestres antes (solamente 122 años en el tiempo de Nibiru) su primer hijo Enki había guiado al primer grupo de 50 Anunnakis a la Tierra para obtener el oro con el que el séptimo planeta había sido bendecido.
En Nibiru, la naturaleza y la tecnología se habían combinado para desgastar y dañar la atmósfera del planeta. Una atmósfera necesaria no solo para respirar sino para crear en el planeta una especie de efecto invernadero y prevenir así que su calor interno se disipara. Según los científicos de Nibiru, solamente suspendiendo partículas de oro, muy alto sobre el planeta Nibiru, se podría salvar la atmósfera e impedir que Nibiru se convirtiera en un planeta congelado y sin vida.
El brillante científico Enki aterrizó sobre el golfo pérsico y estableció su base llamada Eridu. Su plan era obtener oro extrayéndolo de las aguas del golfo pero lo que se obtuvo no fue suficiente. La crisis en Nibiru empeoró.
Cansado de las promesas de Enki de que el proyecto tendría éxito, Anu vino a la Tierra acompañado de su otro hijo Enlil para ver lo que sucedía.
Enlil no tenía la brillantez científica de Enki pero era un excelente administrador. Alguien que no estaba fascinado con los misterios de la naturaleza pero que tomaba acciones. Y lo que había que hacer, según los estudios, era extraer el oro a través de minas en el lugar donde era más abundante, el sur de África.


Hubo discusiones, no sólo a causa del proyecto sino también a causa de la rivalidad entre los hermanos. Anu inclusive pensó en quedarse en la Tierra y dejar que uno de sus hijos gobernara Nibiru, pero la idea solo causó más discordia. Finalmente se decidió que Enki iría a África a organizar la minería y Enlil se quedaría en el EDIN (Mesopotamia) construyendo las instalaciones necesarias para refinar el metal y enviar el oro hacia Nibiru.
Y así Anu regresó al planeta de los Anunnaki. Esa fue su primera visita.
Luego vino la segunda visita a causa de una emergencia. 40 años de Nibiru después de la llegada de los primeros Annunnaki, aquellos que habían sido asignados para trabajar en las minas de oro se amotinaron.
Los Anunnaki del sur de África, supervisados por Enki, se negaron a seguir trabajando en las minas y tomaron a Enlil de rehén.
Se llamó al consejo de los dioses. Enlil insistió en que Anu viniera a la Tierra y lo presidiera para juzgar a Enki.
Anu vino y en presencia de todos los líderes reunidos, Enlil describió los acontecimientos y acusó a Enki de liderar el motín. Pero cuando los amotinados contaron su historias, Anu simpatizó con ellos. Eran hombres del espacio no mineros, y su carga laboral se había vuelto demasiado pesada.
Los Anunnaki liderados por Enki, el hijo de Anu, habían llegado a la Tierra buscando oro. Enki, apoyado por su equipo de mineros Anunnaki, secuestró a su hermano Enlil, y se negó a seguir con el duro trabajo de las minas.El gran Anu vino a la Tierra para resolver el problema y perdonó a los amotinados liberándolos del trabajo en las minas. Pero, alguien tenía que hacer ese trabajo. El planeta Nibiru no sobreviviría sin el oro necesario para su atmosfera.
Enki tenía la solución: Vamos a crear trabajadores primitivos, quienes tendrán a su carga el trabajo pesado.


Ante la sorprendida audiencia del consejo de los dioses. Enki relató como había estado llevando a cabo experimentos con la ayuda del jefe médico de la misión Anunnaki llamado Ninti (también conocido como Ninharsag). En ese entonces ya existía sobre la Tierra, más precisamente en el este de África, un ser primitivo, un hombre mono. Este ser debió haber evolucionado en la Tierra a partir de la “semilla de vida” de Nibiru, que había pasado hacia la Tierra durante la primera colisión celeste con el planeta Tiamat.
La compatibilidad genética entre los Anunnaki y ese hombre mono ya existia, lo único que se necesitaba era mejorarlo dándole algunos de los genes de los Anunnaki. Seria entonces una criatura a imagen y semejanza de los Anunnaki, capaz de usar herramientas. Un ser lo suficientemente inteligente como para llevar a cabo órdenes. Así apareció el “trabajador mejorado” LULU AMELU fruto de la manipulación genética y de la fertilización del ovulo de la mujer mono terrestre en un probeta de laboratorio. Como estos híbridos no podían procrearse, las mujeres Anunnaki tenían que hacer las veces de madres prestando sus cuerpos para procrear a estos híbridos.
Pero Enki y Ninti fueron perfeccionando a este ser hasta obtener lo que estaban buscando. Lo nombraron Adam, “el de la Tierra”. Gracias a estos sirvientes, ahora capaces de reproducirse, la extracción de oro fue abundante. Los siete campamentos iniciales se convirtieron en ciudades, y los Anunnaki, 600 en la Tierra, y 300 en estaciones espaciales, se acostumbraron a una vida de placeres.
Algunos, a pesar de las objeciones de Enlil, tomaron a las hijas de los hombres como esposas, hasta tuvieron hijos con ellas. Para los Anunnaki, obtener oro se había convertido en una tarea sin sufrimiento. Pero para Enlil, todo empezó a verse como una misión pervertida.
Esta situación llegó a su fin con el diluvio. Los científicos de Nibiru venían anunciando desde hacia mucho tiempo que la capa de hielo que se estaba formando en el continente antártico de la Tierra se estaba volviendo inestable. La siguiente vez que Nibitu pasara cerca de la Tierra, entre Marte y Júpiter, su fuerza gravitacional podría causar que esta masa de hielo se desplazara hacia otros continentes. Esto crearía una marea gigante que cambiaria abruptamente las temperatura del planeta Tierra causando tormentas nunca antes vistas.
Después de haber consultado a Anu, Enlil ordenó: Preparen la nave espacial, estén listos para abandonar la Tierra.
Pero ¿qué pasaría con la humanidad? se preguntaron sus creadores Enki y Ninti.
Déjalos morir, dijo Enlil, e hizo que todos los Anunnaki juraran discreción, pues temía que los terrestres interfiriesen con los preparativos de partida.
Enki juró sin estar de acuerdo, y pretendiendo que le hablaba a un muro instruyó a su fiel seguidor Ziusudra para que construyese un Tibatu, un barco sumergible. Ademas le dio un navegador especial para que pudiera llevar el barco hasta el Monte Ararat. En este barco, Ziusudra acompañado de su familia y algunos animales sobrevivirían a la avalancha de agua. Así la vida no perecería en la Tierra.

Los Anunnaki: la conexión azteca 



Cuando los españoles llegaron a América, no sólo se sorprendieron por la gran cantidad de habitantes que había en el “nuevo mundo” (en ese tiempo América Central), sino también por el desarrollo científico y tecnológico que ciertas culturas autóctonas mostraban.
Imagínese usted como tomaron en Europa la noticia del descubrimiento de una ciudad como Tenochtitlán, al otro lado del mundo, que solo podía ser comparada con la Venecia de los ricos duques renacentistas, o cuál seria la sorpresa de los primeros conquistadores al contemplar las alucinantes pirámides mayas y años después el templo del Coricancha en el Cuzco.
El problema que esto planteó para la más importante institución de la época, la Iglesia Católica, es que según su visión del mundo estos indios no debían estar ahí. La Biblia no decía nada al respecto y los miembros del clero no sabían de donde habían salido estos indígenas y menos aún si eran hijos de Dios.
Hubo entonces una intensa polémica.
Si los nativos habían recibido alguna vez la palabra de Dios y no la habían aceptado eran herejes y merecían castigo, si por el contrario nunca la habían conocido entonces debían ser adoctrinados en la fe. Esta ultima posición, defendida por Bartolomé de las Casas (1484-1566), fue la que predominó aunque en la práctica fuese ignorada por los conquistadores españoles quienes terminaron esclavizando a los indios.
La iglesia tuvo que inventar una serie de historias para explicar la presencia de los nativos de América. Una de ellas fue la de considerar que un descendiente de Noé, cruzó el mundo y vino a poblar esta tierra que fue identificada como la “Ophir” bíblica (según las crónicas de Gregorio García, Cabello de Balboa y Fernando de Montesinos). Pero la más difundida de todas, fue aquella que convirtió a los indios americanos en descendientes de una de las tribus perdidas de Israel que llegó hasta estas tierras huyendo de la conquista Asiria alrededor del año 722 a.C.
La historia que inventó la Iglesia Católica tenia algo de cierto pues los mitos de creación de los aztecas, recogidos en lengua náhuatl, son muy similares a algunos mitos de creación bíblicos.


Según los mitos aztecas, Dios primero creó el cielo y la tierra, luego con el barro hizo un hombre y una mujer, como en el génesis bíblico, pero estos no duraron. Luego de muchos esfuerzos, Dios cogió unas cenizas de metal y creó un par de humanos. A partir de ellos se pobló la tierra, así como sucedió con Adán. Pero casi todos estos seres fueron destruidos en un diluvio como el de la Biblia. Unos pocos fueron salvados por un sacerdote, que podría ser Noé, que se sobrevivió flotando en un tronco hueco llevando semillas y animales.
Esta breve comparación parece confirmar las teorías de la Iglesia Católica sobre el origen de los nativos americanos pero existe un detalle que la iglesia no conocía o no quiso considerar.
Hoy en día, cualquier historiador serio sabe que muchas de las historias contadas en el Génesis bíblico fueron inspiradas en los mitos de creación de los sumerios, escritos por lo menos 3,000 años antes que el Antiguo Testamento.
Los rastros son evidentes. El paraíso sumerio es parecido al Edén bíblico con ríos y arboles de frutas, el primer hombre es creado de barro como en la Biblia, existe una Eva sumeria llamada “la dama de la costilla”, un árbol del conocimiento, una serpiente como en los relatos del Génesis, y un Noé que se salvo de un diluvio, y que para los sumerios se llama Ziusudra. Esto son algunas semejanzas notables sobre las que volveremos en detalle en otro artículo.
Vemos pues que los mitos de creación aztecas no fueron inspirados en los mitos del génesis bíblico sino en los mitos de creación sumerios que son mucho más antiguos.
El fraile franciscano Bernardino de Sahagún (1499-1590), uno de los cronistas más importantes de la conquista de los aztecas, llegó a México pocos años después de la epopeya de Cortez. Hablaba la lengua local, el náhuatl, y dedicó más de 30 años al estudio de las tradiciones de los indígenas. Su trabajo histórico antropológico titulado “Historia General de las cosas de la Nueva España” o “Codíce Florentino” nunca fue publicado por la corona española pues esta no veía con buenos ojos las investigaciones de Sahagún sobre el mundo indígena considerado pagano para los europeos.


Algunas copias fueron preservadas en la biblioteca del Palacio Real de España y así llegaron hasta nosotros. Ellas constituyen una fuente invalorable para acercarnos a la civilización azteca, respetando el punto de vista de los vencidos. Es decir, preservando sus mitos, creencias y costumbres, tal y como ellos las relataron entonces.
En esa época el dios principal de los aztecas era Quetzalcóatl, representado a veces como una serpiente emplumada, y a veces como un hombre barbudo y con túnica blanca. Era venerado como el que les enseño la escritura, la observación de los astros, y más importante aún como el que les dejó su misterioso calendario.
Para los aztecas, Quetzalcóatl realmente vivió entre ellos en un tiempo pasado. Esta tradición estaba tan enraizada en los indígenas que algunos cronistas españoles lo identificaron como el apóstol Santo Tomás.
El observó que los niños aztecas de ascendencia noble eran entregados a un escuela llamada calmecac, de la cual era patrono Quetzalcóatl. Allí los estudiantes aprendían sobre astronomía, interpretación de los sueños y eran instruidos en como contar los días y los años. En pocas palabras, aprendían a medir el tiempo como Quetzalcóatl le había enseñado a sus ancestros.
¿Qué tan importante fue este legado y qué tiene que ver con los Anunnaki?
El calendario Azteca, que no es simplemente un instrumento de medición del tiempo, divide la historia de la humanidad en 5 eras. El fin de la primera era es provocado por un diluvio, las siguientes tres eras terminan a causa de una catástrofe y en la quinta aparecen los aztecas.
Según la cronología del calendario azteca, el diluvio universal sucedió alrededor del año 11,000 a.C. Sorprendentemente, esta es la misma fecha que los estudios científicos han determinado para el diluvio.


El Dr. Sitchin nos cuenta que según este calendario, en la primera o segunda era existieron unos gigantes de pelo blanco, en la tercera era existió gente de cabello rojo y fue en la cuarta era donde apareció Quetzalcóatl vestido con una túnica blanca y con barba.
Estos son indicios de que quizás la historia de la humanidad es mucho más complicada de lo que creemos.
Al parecer Quetzalcóatl les había transmitido este conocimiento a los aztecas. Pero ¿de dónde lo podría haber obtenido?
Zecharia Sitchin tiene una respuesta convincente. Según sus interpretaciones de las tablillas sumerias Quetzalcóatl es uno de los extraterrestres Anunnaki que decidió expandirse hacia América en su afán por encontrar más oro para proteger la atmosfera del planeta Nibiru. Su nombre es Ningishzida y su padre es Enki, a quien los sumerios inmortalizaron en sus tablillas como el dios sumerio del conocimiento. Ningishzida conocía bien la historia de la Tierra pues su raza llevaba medio millón de años visitándonos de manera continua.
Las investigaciones de Sitchin cuentan que el dios Enki era un experto en ciencia, ingeniería, arquitectura, y genética y que podría haberle transmitido todo este conocimiento a su hijo Ningishzida quien lo compartió con algunas culturas nativas del continente americano.
Según Sitchin, en algún momento alrededor del 3,500 a.C. el Anunnaki Enki y su hijo Ningishzida, en su afán por encontrar más oro, llegaron al otro lado del mundo. El hijo de Enki lideró un grupo formado por hombres africanos y hombres barbudos del medio oriente en una travesía intercontinental hasta el Golfo de México. Llegaron usando las mismas corrientes marinas que los españoles usarían años después. La teoría de Sitchin explicaría todas las coincidencias que hemos revisado en este artículo y algunas más.


Un detalle que refuerza esta teoría es el hecho de que los olmecas, una de las culturas más antiguas de la región, tuvieron una población con rasgos netamente africanos. Las estatuas olmecas son una muestra evidente de esta conexión, y hay varios estudios que corroboran la presencia africana en América mucho tiempo antes de la llegada de los españoles como el del historiador mexicano Vicente Riva Palacio, quien escribió en 1870, “es indiscutible que en tiempos muy antiguos la raza negra ocupó nuestro territorio“.
Estos olmecas con distintivos rasgos africanos serían aquellos que vinieron con el Anunnaki Ningishzida desde el Medio Oriente y África, o en todo caso, sus descendientes.
La similitud entre las pirámides aztecas, las pirámides egipcias y los mucho más antiguos zigurats sumerios es tan evidente que no es necesario realizar un análisis en detalle.
¿Cómo explicar todo lo antes visto sin un contacto previo entre la civilización sumeria y la azteca cientos de años antes de la llegada de los españoles?
Podemos dudar de las explicaciones que nos da Sitchin, podemos discrepar con él, pero no podemos negar que hay suficiente evidencia para sustentar su hipótesis, o para al menos considerar que la historia que conocemos no es la única.
Dr Zecharia Sitchin, quien dedicó su vida al estudio de las tablas sumerias y afirmó que en algunas de ellas se narra la creación de la especie humana a partir de un experimento hecho por una raza extraterrestre denominada “Los Annunakis” que proviene del planeta Nibiru, también conocido como el planeta X.
Segun Dr. Sitchin Los humanos somos simplemente el resultado de un experimento hecho por extraterrestres.
En enero del 2010, con noventa años y en una de sus ultimas apariciones mediáticas, Zecharia Sitchin le pidió a la comunidad científica que le hiciera un examen de ADN a los restos de 4,500 años de antigüedad de la reina sumeria Puabi. Según el Dr Sitchin estos restos podrían contener la confirmación de todas sus teorías: ADN alienígena. El Dr Zecharia Sitchin murió el 9 de Octubre del 2010 sin ver confirmadas sus teorías.
La primera triada de dioses cede las regiones entre sus hijos. A su vez, algunos humanos "híbridos" se convierten en sacerdotes y monarcas como "puente" entre dioses y hombres. Nace la agricultura y se extiende la gamadería.

la connexion Perú



Los fundamentos de la cultura Chimú (siglo XIV-XV d.C.) se encuentran en la cultura Lambayeque creada alrededor del siglo VII d.C. por viajeros que llegaron del norte, a través del mar, a las costas del Perú. La historia mitológica que relata este hecho se conoce como el mito de Naylamp. Indirectamente, la historia de Naylamp es el mito fundador de la cultura Lambayeque, Chimú y Mochica.
El cronista español Miguel Cabello de Balboa recogió la historia de Naylamp contada por uno de los descendientes de estos viajeros, en su crónica “Miscelánea Antártica” (1586).
Según la crónica de Cabello de Balboa, en tiempos remotos llegó a la costa norte del Perú un cortejo de barcas con cientos de personas a bordo. El jefe de la expedición era un gran señor llamado Naylamp quien traía consigo una estatua labrada en una piedra de color verde con su rostro. Este ídolo fue llamado Yampallec (que quiere decir figura y estatua de Naylamp). Cabe destacar que Yampallec es la palabra de dónde se deriva al nombre de Lambayeque.
La comitiva que rodeaba a Naylamp era impresionante. En su ejercito habían cuarenta oficiales, e incluía un sonador de Pututo, un encargado de las andas, un preparador de bebidas, un preparador de baño, un maquillador, un cocinero, un tejedor de ropas y un personaje encargado de esparcir polvo de conchas marinas por donde su amo iba a pasar. Naylamp venía acompañado, también, por un grupo de concubinas, entre las que destacaba la que los nativos identificaron como su mujer, Ceterni.
La delegación desembarcó en la costa peruana y luego de escoger explorar la zona construyeron un templo o palacio llamado Chot, donde albergaron su ídolo de piedra verde.
Naylamp trajo la civilización a los habitantes de aquellas tierras y ellos vivieron prósperamente bajo su reinado. El relato que recogió Cabello de Balboa cuenta que Naylamp vivió muchos años entre los nativos hasta que llegó el tiempo de su muerte. Sus vasallos de confianza, que siempre lo vieron como un ser inmortal sobre el que la muerte no tenía jurisdicción, lo sepultaron a escondidas en el lugar donde su rey había vivido y corrieron la voz que a Naylamp le habían crecido alas y había desaparecido, presumiblemente volando. La mayoría de los nativos, que no sabían que esto era un cuento inventado por los vasallos más cercanos de Naylamp para ocultar su decepción ante su muerte, lo buscaron desesperados sin encontrarlo.
Este es, en resumidas cuentas, el mito fundador de la cultura Lambayeque que siglos después daría origen a la cultura Chimú. Veamos algunos detalles interesantes que nos pueden aportar otra perspectiva para la interpretación del mito.


Si Naylamp realmente existió, ¿Quién era? ¿De dónde pudo haber venido?
Naylamp fue un Anunnaki que pasó tiempo suficiente con los olmecas de Mesoamérica como para aprender su lenguas, y que navegó hasta las costas del Perú con un ejército de olmecas.
¿En qué nos basamos para hacer estas afirmaciones?
El factor lingüístico es determinante para establecer el origen de Naylamp y de su ejército. Nombres como Yampallec, Occhocalo, Xam Muchec, Ollop-copoc o Llapchiluli, todos acompañantes de Naylamp, tienen evidentes connotaciones mayas. Como sabemos, los mayas tuvieron influencia cultural de los olmecas. La lengua de los olmecas se denomina protomayahuasteca y fue la que, posteriormente, se dividió en los dialectos maya y huasteca. Entonces, la comitiva de Naylamp pudo haber estado formada por olmecas. El Anunnaki Naylamp podría haber pasado un tiempo en América central, mientras reclutaba un ejército de olmecas para aventurarse hacia las costas del Perú.
Otro elemento importante a considerar es el famoso ídolo verde que trajo Naylamp y que lo representaba.
Algunas teorías sostienen que el ídolo que trajo Naylamp estaba hecho de jade verde. Es posible porque las culturas mesoamericanas trabajaron el jade y le otorgaron más valor que al oro. El problema es que los trabajos en jade realizados por estas culturas son, en su gran mayoría, pequeños. La civilización olmeca utilizó el jade, mayormente, para hacer hachas. Los mayas lo usaron para crear pendientes, cuentas, incrustaciones, y figuras de jade. Estas figuras varían en tamaño desde miniaturas que caben en la palma de la mano hasta trabajos como la máscara encontrada en la tumba de Pakal, que tiene el tamaño promedio de un rostro humano. La escultura maya de jade más grande que conocemos es la cabeza del dios Sol encontrada en Altun Ha, con un peso de casi 5 kilos.
Sin embargo, ni siquiera la cabeza de Altun Ha sería lo suficientemente grande para encajar en la leyenda de Naylamp. La comitiva de Naylamp era numerosa e impresionante, para que un objeto resaltara entre toda esa multitud tendría que haber sido más grande que la cabeza encontrada en Altun Ha. Además, si Naylamp y su séquito se dieron el trabajo de construir un palacio o templo para albergar la estatua, esta no puede haber sido tan pequeña.
Lo anterior no descalifica la teoría del jade, pero si la hace muy improbable. Los mayas y los olmecas realizaban esculturas grandes pero no en jade.
Otros investigadores e historiadores han dado por sobreentendido que el ídolo estaba hecho de esmeralda pues esta tiene color verde y por qué en otras culturas americanas existen ídolos de esmeralda.
El ídolo de Naylamp estuvo hecho de malaquita. Una piedra verde proveniente del Congo africano que tiene extraordinarias propiedades curativas no sólo a nivel físico sino también psíquico.
El ídolo no podría haber estado hecho de esmeralda pues los cronistas españoles conocían bien esa piedra y hasta la llamaban por su nombre. El cronista español Fray Pedro Simón (1574-1628) nos narra el esclarecedor siguiente pasaje.
Los indios también conocían bien a la esmeralda y no habría representado ninguna novedad para ellos. La presencia de esta piedra preciosa fue, gracias al comercio, tan común entre los incas, que los españoles supusieron que en el Perú existían minas de esmeralda. Por otro lado, la malaquita era una piedra pocas veces vista en el continente americano.
Según las teorías de Zecharia Sitchin, los Anunnaki llegaron a América central en busca de oro, acompañados de un grupo significativo de habitantes de pueblos indoeuropeos y africanos. Esto podría explicar como un ídolo de tamaño considerable hecho de una piedra originaria de África central, como la malaquita, llegó hasta las costas del Perú.

Los Anunnaki, Tiahuanaco y Chavín



Empecemos por las evidencias de la influencia de Tiahuanaco en Chavín. Estas dos culturas se encuentran en lugares aislados o de difícil acceso pero estratégicamente situados. El complejo arquitectónico de Tiahuanaco se encuentra en la confluencia de tres ríos canalizados a través de complejos sistemas hidráulicos, que como vimos en una entrega anterior de esta serie, sirvieron para usos metalúrgicos. Lo mismo sucedió en Chavín.
El centro arquitectónico de Chavín también se encuentra en la confluencia de dos ríos: el Wacheksa y el Mosna. Estos ríos fueron canalizados a través de un sofisticado sistema hidráulico subterráneo al igual que en Tiahuanaco. Aquí tenemos una primera influencia importante de señalar.
Esto no es una coincidencia pues no se han encontrado otros trabajos de ingeniería hidráulica, tan sofisticados para la época, en otras partes del Perú. Los sistemas de control de aguas de Chavín y Tiahuanaco fueron construidos como parte de una instalación Anunnaki para procesar metales. De acuerdo con esta teoría, Chavín no es sólo un oráculo sino un importante centro de procesamiento de minerales, como lo fue Tiahuanaco.

Probablemente, alrededor del año 2,000 a.C., los Anunnaki llegaron a las alturas de Chavín desde Tiahuanaco trayendo consigo su mano de obra africana, indoeuropea y algunos tiahuanaquenses. Chavín recibió de estos nuevos visitantes el culto al dios Wiracocha y tecnología avanzada para realizar estructuras arquitectónicas y sistemas hidráulicos.
En ese momento la futura cultura Chavín estaba en gestación, y no existían todavía ni el templo ni el castillo que son sus restos arqueológicos más conocidos. La representación iconográfica de razas no originarias de América Latina (como los africanos, casitas e hititas), encontradas en Aija, Sechin y en Chavín de Huántar nos dan indicios de esta migración. Los africanos e indoeuropeos que, dirigidos por los Anunnaki, migraron de Tiahuanaco a Chavin, se habrían podido ir quedando por el camino influenciando culturas regionales como las de Aija y Sechin.
Especial atención merece el siguiente busto de piedra (adornado con un turbante) con rasgos faciales que no corresponden a los aborígenes del antiguo Perú.
¿Qué otras evidencias existen de esta migración?
Para la arqueología tradicional, encontrar el rastro que apoye la migración de los Anunnaki de Tiahuanaco a Chavín de Huántar, no es evidente todavía. Sin embargo, hay precisiones matemáticas en la arquitectura de ambas culturas que no pueden ser atribuidas a una mera coincidencia.

En Chavín, al igual que en Tiahuanaco los diseñadores han utilizado la diagonal como punto de partida de todas las medidas en cuanto a la arquitectura. Y principalmente, también en el arte lítico… Esta medida de 35,50 metros es la medida clave utilizada por los arquitectos de Chavín. Una medida que parece haber sido una suerte de código secreto solamente comprensible para los entendidos en matemáticas.” (María Scholten)
Este código matemático al que alude la doctora Scholten, probaría otra transferencia de conocimiento de Tiahuanaco a Chavín.



La representación del dios Wiracocha, originario de Tiahuanaco, en la cultura Chavín es otra evidencia. Las semejanzas entre el supuesto Wiracocha de la Puerta del Sol en Tiahuanaco y el ser antropomorfo representado en la Estela Raimondi de Chavín, saltan a la vista. Las únicas diferencias están dadas por algunos rasgos felinos (garras y colmillos), que adquiere el dios Wiracocha en Chavín, como consecuencia de la fauna de la región. No es una coincidencia que dos culturas separadas por cientos de kilómetros y más de 1,000 años, hayan representado a un ser, supuestamente divino, de manera similar y con una especie de báculo en cada mano.
El dios Wiracocha representa al lider Anunnaki del grupo que llegó hasta las orillas del lago Titicaca y desarrolló la cultura Tiahuanaco.
Es más, la influencia de Chavín en otras culturas pre-incas como Paracas y Nazca, se puede entender a partir de la evolución de la representación de Wiracocha en estas culturas. Estaríamos viendo la subsistencia de la divinidad principal de la cultura Tiahuanaco en la costa peruana hasta mediados del siglo VIII d.C. Esto lo veremos en detalle en otra entrega de esta serie, cuando analicemos la cultura Nazca.

Los Anunnaki, los Olmecas y Chavín

La presencia de los Anunnaki en Tiahuanaco fue explicada en la entrega anterior, y deberíamos haber hecho lo mismo con Chavín de Huántar, considerada como la madre de las culturas del Perú pre-hispánico. Sin embargo, nuestras pesquisas nos han llevado a cuestionarnos el origen mismo de la cultura en el Perú y el poblamiento de América. Recientes descubrimientos arqueológicos, nuevas informaciones, y sorprendentes evidencias, ponen en duda las teorías existentes sobre el tema y nos obligan a replantear las hipótesis tradicionales. Estas investigaciones nos indican que el Perú es la cuna de la civilización americana y su desarrollo tuvo lugar en el mismo periodo de tiempo en el que florecieron las culturas más antiguas del mundo.
Las siguientes líneas pueden ser interpretadas a la luz de la presencia de los extraterrestres Anunnaki en América, o como otra teoría alternativa, no necesariamente alienígena, sobre el origen de la cultura en el Perú y en América.
En el Perú, el arte rupestre más antiguo que conocíamos era el de las cuevas de Pikimachay, que datan aproximadamente del 17,500 a.C., pero hace poco se descubrieron las pinturas rupestres de Aija en el departamento de Ancash que datan del 38,000 a.C. De confirmarse lo anterior, todas las teorías sobre el poblamiento de América, que supuestamente tuvo lugar alrededor de 30,000 a.C., tendrían que ser revisadas. Es más, el Perú podría ser considerado como la cuna del hombre moderno.


Según el descubridor de las pinturas rupestres de Aija, Alejo Mejía Antúnez, una de las figuras representadas muestra un “hermoso diseño de un rostro humano primitivo”.
¿Un hermoso diseño de un rostro humano primitivo hace 40,000 años? Resultaría muy extraño pues la descripción no corresponde con la fisonomía de los Neandertales ni Cromañones que supuestamente poblaban la Tierra en ese momento y que no tenían nada de “hermosos”.
Pero eso no es todo, las evidencias que indican que las teorías sobre el origen de la cultura en América deben ser revisadas, son abrumadoras. En Sechín, ubicado en la misma región que Chavín de Huántar y Aija, se encuentran restos de una cultura que trabajó la piedra con esmero y que construyó importantes monumentos, que datan del 3,500 a.C. Es decir, la cultura Sechín se desarrolló casi al mismo tiempo que la cultura sumeria en Mesopotamia y es, hasta el momento, la más antigua de América.
Sechín está dividido en dos secciones: Sechín Alto y Sechín Bajo. Según los descubrimientos hechos por el equipo que lidera el arqueólogo Peter Fuchs, una de las ruinas de Sechín Bajo, llamada “El Chankillo”, que data del 300 a.C., sería un observatorio astronómico pues sus 13 torres habrían servido para indicar los equinoccios y los solsticios.
Entre los diferentes restos arqueológicos encontrados en el lugar, se encuentra una plaza cercada por grandes piedras donde han sido representados guerreros en combate y aparentes sacrificios humanos. Los arqueólogos no saben con exactitud si el lugar se creó para dar testimonio de una sangrienta lucha entre grupos rivales o si fue más bien un lugar donde se llevaron a cabo experimentos médicos.
Las dos teorías pueden ser ciertas pero eso no es lo más importante. Lo sorprendente es que los guerreros representados en las piedras llevan una indumentaria atípica de la región andina: sus gorros se parecen a los usados para representar a los guerreros en la iconografía egipcia y sumeria, y sus rasgos físicos no corresponden al biotipo andino sino más bien al de pueblos de origen indo-europeo como los Hititas o los Casitas.
¿Cómo es posible que en Sechín encontremos representaciones humanas con rasgos de pueblos de origen indo-europeo?
Revisemos las teorias tradicionales sobre el nacimiento y evolución de la cultura en el Perú.
La hipótesis más aceptada sobre el origen de la cultura en el Perú es la propuesta por Julio C. Tello. Según Tello, la cultura llegó al Perú por la selva, se expandió hacia la sierra para terminar estableciendo en la costa. Esta teoría ha sido puesta en duda por los trabajos de la arqueóloga Ruth Sadhy en Caral. Esta cultura prosperó mil años antes Chavín de Huántar, hacia el año 2,500 a.C.


Para los arqueólogos, Caral es un “embrión de ciudad” y se desarrolló en una región situada entre la costa pacifica y el inicio de las altitudes andinas. Nos parece entonces lógico deducir que la civilización se desplazó pasó de la costa del Perú hacia la sierra y luego a la selva.
Reflexionemos sobre este punto: para un nómade, cazador y recolector, paleolítico americano, la selva debía ser algo así como un paraíso en la Tierra. Tenía a su alcance peces de río, frutos de los árboles y ricas raíces. No necesitaba más para subsistir.
Entonces, ¿por qué aventurarse a las alturas andinas donde no casi no existe vegetación ni fruto alguno y el clima es rudo e inclemente?
Esto no parece tener mucho sentido. Es más lógico salir de una tierra que no ofrece tantas posibilidades para la subsistencia , como el desierto costeño, y dirigirse hacia otra mucho más rica en recursos, como la selva. Esta idea tiene aún más sentido si consideramos que es más fácil controlar el agua de los ríos altiplánicos que las aguas del Océano Pacifico.
Esta nueva teoría del desplazamiento de la civilización en el Peru, nos permite comprender mejor a la cultura Chavín de Huántar, cuyos inicios se remontan alrededor de 1,000 años a.C.
¿Qué podemos decir sobre Chavín?
Ante todo, es evidente desde un punto de vista iconográfico y arquitectónico, que Chavín tuvo una influencia directa de los forjadores de la cultura Sechín. Esto se confirma con las excavaciones y dataciones hechas por los arqueólogos. Hoy sabemos que Sechín es más antigua que Chavín.
Arqueólogos e historiadores afirman que Chavín es un centro de peregrinación, que era visitado por gente de la costa, la sierra y la selva. La cultura que allí se desarrolló, fue basada en un gobierno teocrático e influenció todas las otras culturas pre-incas de la época. Es el llamado “primer horizonte cultural” peruano. Las culturas Nazca y Paracas serían expresiones derivadas de esta cultura en la costa peruana. Las deidades zoomorfas y antropomorfas de Chavín son objeto de todo tipo de especulaciones desde hace siglos. Esto es lo que nos enseña la historia tradicional, pero como podemos imaginarnos existen otras hipótesis……
Algunas teorías, como las de Zecharia Sitchin, sostienen que los sumerios llegaron a América Central de la mano de los extraterrestres Anunnaki. Si aceptamos esta idea, podríamos explicar mejor el nacimiento y la evolución de la cultura en el Perú. Para Zecharia Sitchin, la cultura Chavín sería heredera de la influencia de la cultura Tiahuanaco y de la cultura Olmeca, que se desarrolló en América central. Para él, Chavín habría sido, además de un oráculo, un importante centro de procesamiento de minerales, especialmente el oro, como lo había sido Tiahuanaco cientos de años antes. Veamos como llega a estas conclusiones.


Según los estudios de Arthur Posnansky y de Carlos Ponce Sanginés, entre otros, la primera etapa de Tiahuanaco se sitúa alrededor de 15,000 años a.C. Es decir, es una civilización anterior al diluvio y mucho más antigua que la sumeria. Para Posnansky, el puerto de Tiahuanaco en el lago Titicaca no fue hecho para el tráfico lacustre sino para un tráfico oceánico. En esas épocas, antes del diluvio (11,000 a.C.), el altiplano boliviano se fundía en las aguas del Océano Atlántico, no existía todavía el lago Titicaca. Esta primera fase de Tiahuanaco, termina con el diluvio y después de este, como hemos visto en una entrega anterior, las montañas andinas dejaron el oro al descubierto.
Según Zecharia Sitchin, los dioses Anunnaki mencionados en las tablillas de barro sumerias, habrían llegado a América en busca del precioso metal para explotarlo y llevarlo a su planeta. Tiahuanaco fue entonces, en palabras de Sitchin, “la capital metalúrgica de América”, hace unos 4,000 años. Su influencia llegó hasta Chavín de Huántar que sirvió también de planta de procesamiento para el oro proveniente de la sierra central, cuando el oro de Tiahuanaco empezó a agotarse, entre el año 1500 y el 1000 a.C.
En la siguiente entrega veremos como las obras de ingeniería hidráulica de Chavín presentan una clara influencia de Tiahuanaco, analizaremos más rastros de la presencia de pueblos indo-europeos en Chavín, Aija y Sechín, y finalmente revisaremos la iconografía de Chavín y de las culturas de la región comparándola con la cultura sumeria.

La cultura Olmeca (3,000 a.C. a 500 d.C. aprox.) también tuvo contacto e influenció a los habitantes de la región que luego se desarrollarían la cultura Chavín
Según Zecharia Sitchin, fueron dos grupos diferentes de Anunnaki los que llegaron a Tiahuanaco y a la región donde se desarrolló la cultura Olmeca. Estas dos grupos se encontrarían más tarde en Chavín. Sitchin apoya su teoría en dos hallazgos importantes:
Un episodio del relato épico del Gilgamesh, el rey sumerio de Uruk, narra la lucha entre este héroe y dos leones. El hecho fue representado por los Hititas (pueblo indoeuropeo), colocando al héroe flanqueado por dos leones. La misma escena está representada en las piedras labradas encontradas en Aija, como podemos ver en la ilustración siguiente. Según Zecharia Sitchin, fueron los pueblos de origen indoeuropeo que llegaron con los Anunnaki a América Central, quienes habrían traído la historia de Gilgamesh a la sierra central del Perú.


Estos pueblos se fundieron con la cultura Olmeca (o dieron origen a la misma) en América Central y luego llegaron a costas peruanas por vía marítima, para finalmente afincarse en la región del actual departamento de Ancash, donde se encuentra Chavín.
Otro elemento que sustenta la teoría de la migración Olmeca es la representación de un dragón bicéfalo encontrada en la zona de Rurek, cerca de Aija. El dragón está representado en el escudo de un guerrero tallado en piedra. La representación de dragones bicéfalos no es propia de la región andina sino más bien de las culturas del medio oriente o de Europa.
La teoría de Zecharia Sitchin propone que en la región de Chavín confluyeron dos civilizaciones, la Olmeca y la Tiahuanaco. Cabe preguntarse entonces, si lograron convivir en paz o si hubo un conflicto.
Al parecer hubo conflicto.
No muy lejos de Chavín se encuentran los restos arqueológicos de Sechín. En los muros y bloques de piedra de su estructura principal encontramos representaciones iconográficas, que dan cuenta de una sangrienta batalla, en las que se aprecian hombres mutilados con evidentes rasgos africanos. Esta podría ser la confirmación del enfrentamiento entre los que llegaron de Tiahuanaco y los que llegaron de América Central.
El problema es que la cultura Olmeca está datada, por la arqueología “oficial”, alrededor de 1,500 años a.C. y los restos de Sechín se sitúan entre 2,500 y 3,0o0 años a.C. Con estas diferencias temporales sería imposible que los Olmecas puedan haber estado en tierras peruanas en el momento en que se erigió el memorial de Sechín. Sin embargo, una cronología diferente podría corroborar la hipótesis del enfrentamiento entre Tiahuanaco y Olmecas.
Las investigaciones de Zecharia Sitchin sitúan el origen de la cultura Olmeca hacia el 3,000 a.C. basándose en análisis de representaciones artísticas, y en una serie de misteriosos acontecimientos.
de confirmarse la hipótesis de Zecharia Sitchin sobre la antigüedad de los Olmecas, Sechín sería el lugar del feroz enfrentamiento entre Tiahuanacos y Olmecas, del cual resultaron vencedores los Tiahuanaquenses. Como resultado de la victoria, estos se afianzaron en la zona y tiempo después dieron origen a la cultura Chavín de Huántar. No podemos saber si el enfrentamiento entre estas dos culturas involucró a los Anunnaki, o si una división al interior de los Anunnaki fue el detonante, o si sucedió después que los Anunnaki dejaron el planeta o la región.
En la siguiente entrega veremos la posible presencia Anunnaki en las culturas pre-incas de la costa del Perú como Nazca, Mochica y Chimú.



¿Podría haber existido una relación entre los Anunnaki de Zecharia Sitchin y los habitantes de Tiahuanaco? En la historia del Perú existen extraños relatos y misteriosos restos arqueológicos, que no tienen explicación coherente si los vemos desde el punto de vista de la historia tradicional de la cultura en el Perú. Quizás las líneas de Nazca sean el mejor ejemplo. Pero, existen otros casos menos conocidos y más sorprendentes, como el enigmático sitio arqueológico de Tiahuanako.
Según la historia tradicional, la cultura Tiahuanako se desarrolló en Bolivia, 1,500 años a.C., cerca de la actual ciudad de La Paz. Se expandió hasta el sur del Perú y el Norte de Chile y su apogeo tuvo lugar entre los siglos IV y X de nuestra era. Tiahuanaco se extinguió, misteriosamente, alrededor del siglo XII.
Tiahuanaco duró, desde sus albores, poco más de 2,500 años. Sin embargo, sabemos muy poco de su historia, de sus costumbres y de sus creencias religiosas. Sólo han llegado hasta nosotros algunos restos arqueológicos que nos hablan de una extraordinaria civilización con sorprendentes técnicas arquitectónicas y desarrollados conocimientos en astronomía e hidráulica.
La historia tradicional no llega aún a explicar como pudieron cortarse tan perfectamente los bloques de piedra de Puma Punku (que presentan diseños geométricos nunca antes vistos en la región), no sabemos con exactitud donde estuvieron situadas las extrañas estatuas que hoy en día arqueólogos y aficionados han repartido, sin mayor criterio, por la zona. Tampoco sabemos, a ciencia cierta, la antigüedad y el significado de la llamada “Puerta del Sol” y nos seguimos preguntando cuál fue la función del enorme complejo arquitectónico de Kalasasaya.
El enigma cobra mayor importancia si tenemos en cuenta que, según los historiadores, fueron los habitantes de Tiahuanaco quienes originaron la cultura Inca. La que se convertiría en el mayor imperio conocido en el hemisferio sur.
El padre Cristóbal de Molina nos relata en su crónica:
“Ellos dicen que el Creador estaba en Tia-huanacu y que allí estaba su morada principal. De ahí, los magníficos edificios, dignos de admiración, de aquel lugar”

El arqueólogo Arthur Posnanky investigó Tiahuanaco por casi 30 años e hizo sorprendentes descubrimientos. En muchos bloques de piedra pulidos, encontró hileras de pequeños agujeros redondos que podrían haber servido para sujetar algo. En 1943, durante una conferencia, Posnanky presentó un bloque de piedra de Tiahuanaco con cinco clavos de oro incrustados en el mismo. Su investigación concluyó que los muros, las cornisas y los pórticos de Tiahuanaco, incluyendo la Puerta del Sol, estuvieron revestidos de oro.
Estos datos son relevantes en cuanto que describen, en detalle, la fisonomía del lugar. Sin embargo, aún seguimos sin saber el objeto de su construcción y su función.


Estas interrogantes encuentran respuesta en la teoría de los extraterrestres que visitaron la Tierra en el pasado. Zecharia Sitchin, el defensor de los dioses extraterrestres Anunnaki, nos presenta una historia alternativa y audaz que hace encajar, sospechosamente, todas las piezas de este rompecabezas. Según sus investigaciones, la antigua Tiahuanaco habría sido erigida a semejanza de la Uruk sumeria, que tuvo muchas de sus construcciones revestidas en oro.
Según Sitchin, estas dos ciudades son obra de los dioses Anunnaki quienes habrían llegado a la Tierra, hace miles de años, en búsqueda de oro. Alrededor del 6,000 a.C., un grupo de estos extraterrestres se estableció en las orillas del lago Titicaca para explotar el oro de la región. Allí, los Anunnaki habrían desarrollado una increíble civilización basada en la extracción y el procesamiento no sólo de oro sino también de otros metales.
Sitchin afirma que el ornato aurífero con el que se vistió a Tiahuanaco tenía un motivo muy simple: engalanar el lugar para la visita de Anu, el gran jefe Anunnaki. Anu venía a inspeccionar los lugares de donde se extraía el oro necesario para salvar la atmosfera de su planeta Nibiru. Es más, Kalasasaya habría servido, entre otras cosas, de observatorio astronómico para determinar el regreso a la Tierra del líder de los Anunnaki.
Sitchin especula: “Sugerimos que sólo una visita de estado de estas características podría explicar la elaborada arquitectura de Puma-Punku, sus regios muelles y su recinto chapado en oro. Pues eso es exactamente lo que los arqueólogos han encontrado en Puma-Punku: evidencias incontrovertibles de que no sólo se cubrió con placas de oro parte de los pórticos (como los paneles traseros de la Puerta del Sol en Tiahuanacu), sino que se chapó en oro la totalidad de las paredes, entradas y cornisas.”
Si los Anunnaki estuvieron en la meseta de Tiahuanaco, deberían haber dejado alguna huella que nos permita, al menos, otorgarle el beneficio de la duda a este increíble relato de Zecharia Sitchin. En la siguiente revisaremos, bajo otra perspectiva, el relato de fundación de la cultura incaica, la extraña relación entre la lengua aymara y la sumeria, y un objeto que podría confirma muchas de estas teorías, la Fuente Magna.



Siguiendo con la historia alternativa que proponemos, el paso del diluvio universal (alrededor del 11,000 a.C.), habría dejado al descubierto inmensas cantidades de oro a lo largo de la cordillera de los Andes. Tiahuanaco, según Sitchin, no era un yacimiento sino más bien la capital metalúrgica del continente americano:
“En ninguna otra parte del lago hay una meseta llana. En ninguna otra parte hay una laguna cerca que conecte con el resto del lago, haciendo factible el transporte por agua. En ninguna otra parte alrededor del lago hay un lugar como éste, con pasos montañosos en las tres direcciones terrestres, y por el agua hacia el norte. Y en ninguna otra parte estaban tan a mano los preciados metales, oro y plata, cobre y estaño. Tiahuanacu estaba allí porque era el mejor lugar para ser lo que fue: la capital metalúrgica de Sudamérica, del Nuevo Mundo.”
Tiahuanaco era, entonces, una instalación Anunnaki para el acopio y procesamiento de los metales de América, y la explotación del oro de la región duró, aproximadamente, desde el 6,000 a.C . hasta el 2,000 a.C.
Cuando Anu, el líder de los Anunnaki, (alrededor del año 4,000 a.C.) visitó Tiahuanaco, la región aún tenía oro. Pero, en poco más de 2,000 años, los Anunnaki terminaron, prácticamente, con el precioso mineral de la zona.
rthur Posnansky ha probado que en Tiahuanaco primero se explotó el oro y el estaño, y posteriormente el bronce y eso concuerda con la teoría de Sitchin. Una vez agotado el oro, Tiahuanaco se convirtió en un centro de producción de estaño, el cual se encontraba en los mismos lugares donde antes se había encontrado oro.
Pero la historia no termina aquí, los habitantes de Tiahuanaco volverían a tener un rol protagónico en la historia del Peru. Siglos después, una nueva intervención Anunnaki, puso otra vez a los Tiahuanaco en el camino del desarrollo, la prosperidad y el ….oro. Esta vez, nada menos que en tierras cuzqueñas, desde donde crearían el imperio más grande del hemisferio sur.
El cronista Garcilaso de la Vega (1539-1611 d.C.) nos cuenta la leyenda de creación de los incas. Manco Cápac y Mama Ocllo por orden de su padre el dios Sol, salieron de las entrañas del Lago Titicaca (en Tiahuanaco) para buscar una tierra propicia donde fundar un imperio. El dios Sol les dio una vara de oro y les dijo que donde esta vara se hundiera sería el lugar indicado para formar su imperio y llevar la civilización a los habitantes de esas tierras. Después de varios intentos a lo largo del camino, la vara se hundió en el cerro Huanacaure, en el Cuzco. Allí se asentó la pareja que daría origen al pueblo Inca.
Algunos elementos de este relato, como la “vara de oro” que indica donde se debía fundar el imperio, han hecho que los historiadores no le otorguen mayor peso histórico al mito recogido por Garcilaso de la Vega. Sin embargo, es justamente esa “vara de oro” la que lleva a Sitchin a proponer otra de sus audaces teorías.



¿Qué forma tenía y para qué servía esta varita mágica? Uno de los más concienzudos estudios sobre el tema es “Corona incaica”, de Juan Larrea. Analizando objetos, leyendas y representaciones pictóricas de los soberanos incas, llegó a la conclusión de que era un hacha, un objeto llamado Yuari, que, cuando se le entregó a Manco Capac, se le dio el nombre de Tupa-Yuari, Hacha Real. Pero, ¿era un arma o una herramienta?…… Así se puso en marcha la civilización andina: dándole al hombre andino un hacha con la cual extraer el oro de los dioses”.
Es decir, los Anunnaki se manifestaron de nuevo y ayudaron a sus antiguos aliados de Tiahuanaco, en la búsqueda de tierras y metales. Esta interesante aproximación de Sitchin nos abre la puerta a otra interrogante: ¿existió una relación entre los Anunnaki , que vivieron entre los sumerios, y la culturas del altiplano?
Es curioso que la lengua de Tiahuanaco sea el Uro o Uru, y que la capital de los sumerios, donde se establecieron los Anunnaki, se llame Uruk.
El filólogo boliviano Emeterio Villamil de Rada (1804-1880), encontró semejanzas notables entre la lengua aymara, hablada en la región de Tiahuanaco, y la lengua sumeria. Sitchin tambien:
“Nuestra hipótesis de que el Anaku en el nombre del lugar proviene del término mesopotámico que identificaba al estaño como metal concedido por los Anunnaki evoca un vínculo directo entre Tiahuanacu y el lago Titicaca por un lado y el Oriente Próximo de la antigüedad por otro…la extensión de la presencia sumeria/uru en los Andes se puede percibir en otros detalles, como el hecho de que uru signifique «día» en todas las lenguas andinas, tanto en aymara como en quechua, como en Mesopotamia. Otros términos andinos, como uma/mayu, que es agua, khun, que es rojo, kap, que es mano, enu/ienu, que es ojo, makai, que es golpe, tienen un origen mesopotámico tan evidente que Pablo Patrón (Nouvelles études sur les langues americaines) concluyó que «está claramente demostrado que las lenguas quechua y aymara de los indígenas de Perú tuvieron un origen sumerio-asirio».”


La similitud entre las canoas de juncos del Lago Titicaca y las antiguas embarcaciones egipcias y sumerias es otro indicio de la relación entre los sumerios y los habitantes del Tiahuanaco.
Otro indicio de la presencia sumeria en el altiplano boliviano es la controvertida “Fuente Magna”. Fue encontrada a unos 80 km. de la ciudad de La Paz, por unos campesinos, alrededor de 1958. Esta vasija de piedra con motivos zoomorfos y antropomorfos, tiene una serie de inscripciones que interpelan a los especialistas por su significado y antigüedad. El Dr. Alberto Mancini, la descifró usando los mismos criterios utilizados para descifrar la escritura sumeria. Según los especialistas que han estudiado la vasija, esta fue probablemente hecha por sumerios que se asentaron en Bolivia alrededor del año 2,500 a.C.
Un primer grupo de Anunnaki habría llegado a Tiahuanaco, cuando el lago Titicaca estaba conectado con el océano pacifico, en algún momento entre el 15,000 a.C. y el 40,000 a.C. Este grupo estuvo conformado por Anunnakis, sumerios y algunos africanos. Luego de extraer el oro de la región altiplánica, este primer grupo descendió hacia la región de Sechín, en la sierra central del Perú, en busca de más minerales.
Un segundo grupo de Anunnaki habría llegado a las costa norte del Perú para dirigirse hacia la región de Sechín, alrededor del 3,000 a.C. Este segundo grupo habría estado conformado por Anunnakis, olmecas, africanos y algunos indoeuropeos. En Sechín, se habría librado una encarnizada batalla entre el primer grupo que bajaba de Tiahuanaco y este segundo grupo que llegaba a Sechín desde la costa.
Este enfrentamiento que puede parecer una explicación antojadiza de los orígenes de algunas culturas pre-colombinas, tiene referencias explícitas en los relatos sumerios sobre los Anunnaki.
Según Zecharia Sitchin, los hijos del jefe Anunnaki Anu (Enki y Enlil) se enemistaron a causa de la explotación del oro en el sur del continente africano y esta enemistad habría continuado a América latina con sus seguidores. Esto explicaría el enfrentamiento entre olmecas y tiahuanacos ilustrado en las piedras talladas en el memorial de Sechín.
Sobre este punto ya hemos expuesto nuestros argumentos en una entrega anterior, sólo queremos recordar aquí que las representaciones humanas encontradas en las piedras de Sechín muestran personajes ataviados a la usanza olmeca y con rasgos físicos no originarios de esta parte del mundo.
Naylamp representa la tercera oleada de Anunnakis que llegaron a las tierras del antiguo Perú. Este grupo habría estado formado por un grupo numeroso de olmecas, algunos africanos y unos pocos Anunnaki. No descartamos la posibilidad que Naylamp haya sido el único Anunnaki en esta tercera expedición.
Cabe destacar un último detalle importante sobre el Anunnaki Naylamp. Naylamp es uno de los pocos dioses del antiguo Perú sobre el que existe un relato detallado de su existencia, un relato que nos permite investigar quién podría haber sido y de dónde podría haber llegado.
Las piramides



2 comentarios:

  1. Gracias por los detalles que aun me faltaban para concluir mi investigacion. Es impresionante pero real. Sera muy dificil para mi como Cristiano Evangelico poder expresar lo que se sin ser ridiculizado pero, no puedo negar la verdad y las evidencias estan ahi para el que quiera ver. No hay mas ciego que el que no quiere ver. Imajino que debe ser igual de dificil para cualquier persona que pertenece a una religion tan cerrada a nuevas opiniones como la musulmana tambien. Me da mucha pena porque e leido el Libro De Enki y los mismos Anunnaki confiesan a Dios como creador de todo y un reino mas elevado que el de ellos.

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    1. No creo que haga falta expresar lo que sabés Daniel, lo importante es en lo que cree cada uno, la verdad se está haciendo cada vez mas evidente, asi que no es necesario convencer a nadie de nada. Saludos!

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